ASOCIACIÓN MEXICANA DE ANTROPOLOGÍA BIOLÓGICA, A. C.

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Dr. Manuel Fermín Rivero
de la Calle

(1926-2001)


Obituario
Mensaje de la AMAB en su homenaje




Obituario

Antonio J. Martínez Fuentes


El 23 de septiembre del año 2001 falleció en La Habana el Dr. Manuel Fermín Rivero de la Calle, una prominente figura de la ciencia cubana que, indiscutiblemente, junto a Luis Montané y Dardé y Don Fernando Ortíz, constituyen las personalidades más relevantes de la antropología cubana en el siglo XX.

Rivero de la Calle nació en Esmeralda, Camagüey, el 5 de abril de 1926. A los 17 años realizó excavaciones con el historiador, poeta y arqueólogo Felipe Pichardo Moya, pocos años más tarde ingresa en la Sociedad Espeleológica de Cuba. En 1949 obtiene el título de Doctor en Ciencias Naturales en la Escuela de Ciencias de La Universidad de La Habana.

Ejerció después de forma prácticamente continua el magisterio. En la década de los cincuenta trabajó como profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Trinidad, en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Clara y en la Universidad Central de Las Villas; en ésta impartió cursos de antropología desde 1952 hasta 1958.

Entre 1959 y 1960 consolida su formación como antropólogo cuando profundiza en temas de esta especialidad con el Dr. R. A. Bergman, en el Museo Real de los Trópicos en Holanda.

En el año 1961 comienza a trabajar en la Universidad de La Habana, donde dirigió desde 1962 hasta 1976 el Departamento de Antropología y el Museo Antropológico Montané de la entonces Escuela de Ciencias Biológicas, hoy Facultad de Biología. Entre 1962 y 1963 ocupó el cargo de Vice-Decano de la Facultad de Ciencias de esta institución.

Indudablemente que es en este centro donde desempeña su actividad docente más significativa. Es menester apuntar su destacada labor en la organización y desarrollo de la Especialidad de Antropología que se impartió por primera y única vez en Cuba en cursos de pregrado, entre 1969 y 1976. Durante esa etapa se graduaron alrededor de 30 biólogos especializados en antropología física.

Valorar el significado de su labor científica requiere sin dudas un ejercicio de síntesis muy grande, pues su trabajo abarcó numerosas facetas de la antropología e incluso de otras disciplinas donde también realizó valiosos aportes.

Una cualidad muy importante del profesor Rivero fue su vehemencia en la enseñanza de la antropología. Así, tenemos que al Dr. Rivero se le podía encontrar brindando sus conocimientos no solamente en las aulas universitarias, sino también impartiendo conferencias y cursos donde se le reclamara, en temas como antropología general, antropología física, antropología forense, antropometría, arqueología, paleoantropología, historia de la antropología, osteología, prácticas de criminalística, espeleología, primatología y biología humana. A lo antes expuesto súmesele las conferencias impartidas en Estados Unidos de América, México, Panamá, Chile, República Dominicana, Martinica, España, Francia, Alemania, Gran Bretaña, República Checa y Rusia.

En el plano investigativo no fue menos destacada su labor, también caracterizada por su constancia y afán de conocer y dar a conocer lo máximo posible sobre las características antropológicas de la población cubana.

Son trabajos de obligada consulta sus investigaciones sobre osteología de las poblaciones aborigen y contemporánea de Cuba. También realizó aportes muy significativos al conocimiento de las características antropológicas de la población infantil y adulta cubanas, y especial mención merece su dedicación al estudio de los descendientes de la población indígena de Cuba que aún residen en la provincia de Guantánamo.

En el ámbito del trabajo osteológico realizó el estudio e identificación de los restos esqueletales de personalidades cubanas como Esteban Salas, Vicente y Braulio García y Manuel García Ponce. Hizo además notables contribuciones a la antropología forense, labor que fue reconocida en reiteradas ocasiones por el Laboratorio Central de Criminalística y el Instituto de Medicina Legal.

El Prof. Rivero consagró también mucho de su tiempo a dilucidar los aspectos relacionados con la historia de la antropología en Cuba, fue un incansable investigador en este aspecto tan importante para toda ciencia y llegó a presentarnos una periodización sobre esta ciencia en nuestro país. Su tenacidad permitió el rescate y publicación de las actas de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba, fundada en 1877.

Su labor en la investigación se extiende hasta la arqueología; estudia numerosos sitios y se destacan sus descubrimientos de pictografías en la Cueva Ambrosio, ubicada en Varadero, y Cueva García Robiou en Catalina de Güines, así como sus aportes en la clasificación de las culturas prehispánicas de Cuba.

Trabajó incansablemente la espeleología y fue muy extenso el tiempo que dedicó al estudio de las cavernas de Cuba.

Otro campo de trabajo del Prof. Rivero de la Calle, poco conocido por muchas personas, fue la paleontología. Desde muy joven participó en numerosas expediciones científicas por todo el país que culminaron en descubrimientos de restos de animales ya extinguidos y muy antiguos, algunos de los cuales tienen su nombre. Aquí es menester señalar la descripción que realizó, en compañía del paleontólogo cubano Oscar Arredondo, de una nueva especie de primate fósil para las Antillas (Parahouatta varonai), y que fuera dada a conocer en el año 1991 en la revista Journal of Human Evolution.

La vasta obra del profesor Rivero de la Calle la podemos aquilatar también en su extensa actividad de publicaciones científicas y divulgativas. Publicó siete libros, entre los más importantes: Actas de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba (1966), Las culturas aborígenes de Cuba (1966), Nociones de anatomía humana aplicadas a la arqueología (1983). Con el arqueólogo Ramón Dacal Moure colaboró en las obras Arqueología aborigen de Cuba (1986) y Art and archaeology of Pre-columbian Cuba (1996), publicada esta última en 1996 en Estados Unidos de América.

A todo lo anterior hay que agregar más de 140 artículos publicados en revistas científicas en Cuba y en el extranjero, y más de 300 presentaciones en eventos científicos.

Recibió numerosas distinciones y reconocimientos, entre las principales: Profesor de Mérito de la Universidad de La Habana, Orden Carlos J. Finlay, Medalla Distinción por la Educación Cubana, Orden Frank País, Medalla Fernando Ortíz, Miembro de Honor de las sociedades cubana y mexicana de antropología biológica, el Premio Luis Montané y el Premio Fernando Ortiz.

Rivero de la Calle fue discípulo y compañero de todos los grandes antropólogos que pasaron por la cátedra universitaria durante el siglo XX, excepto de Montané. Vio el cambio de la influencia de la escuela francesa de antropología que culminó en los años cuarenta con Arístides Mestre Hevia, y la llegada de la escuela norteamericana dirigida por naturalistas de formación como Carlos García Robiou y René Herrera Fritot. Ya en el último cuarto del pasado siglo fue protagonista activo en la formación de lo que para muchos especialistas es hoy la escuela cubana de antropología física.

El escritor y jesuita español Baltasar Gracián apuntó en el Siglo XVII: "Tened paciencia y tendréis ciencia". Esta fue una de las virtudes del maestro Rivero de la Calle, pero también a esa cualidad habría que agregarle este otro aforismo de un antiguo ex-libris universitario que legara a los antropólogos el padre de la antropología cubana, Luis Montané y Dardé: "Fundamento de la ciencia es la buena fe así como la ecuanimidad y la verdad".

Hombre sencillo, modesto y perseverante, entre otras virtudes que lo distinguieron, fue el buscador incansable que hizo posible la continuidad de la tradición antropológica en Cuba.










Mensaje de la AMAB con motivo de su homenaje




La Asociación Mexicana de Antropología Biológica, A. C., por este conducto desea expresar su júbilo por el merecido homenaje que se ofrece al colega y miembro de nuestra asociación, el doctor Manuel Rivero de la Calle.

Referirse a la antropología física que se realiza en Cuba es evocar el perfil de nuestra ciencia tal como lo esbozara el sabio cubano Felipe Poey en las postrimerías del siglo XIX. La antropología física cubana está profundamente impregnada de ese sabor revolucionario que induce al profesional a ejercer su ciencia en la búsqueda y la consolidación de las transformaciones sociales. Este sello no puede ser sino el producto del trabajo arduo y pionero de sus fundadores, entre quienes se encuentra en primerísima fila nuestro colega y maestro, el doctor Manuel Rivero de la Calle quien, con sus enseñanzas en las aulas y su ejemplar desempeño en el trabajo de laboratorio y de campo, dedicó su vida entera a forjar las nuevas generaciones de antropólogos físicos de este hermano país antillano tan apreciado por nosotros. Si se trata de estudios de osteología aborigen, de crecimiento infantil, de somatología de la población cubana actual, de identificación de personajes históricos de la isla a partir de sus restos óseos o de la propia historia de nuestra ciencia en Cuba, habremos de confluir, de modo invariable, en la bibliografía que Rivero de la Calle ha forjado para bien de las futuras generaciones.

Enhorabuena doctor Manuel Rivero de la Calle. Recibe un saludo afectuoso de los colegas mexicanos que tanto te estiman.

Dr. Sergio López Alonso
Presidente de la AMAB
Febrero de 2001






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