ASOCIACIÓN MEXICANA DE ANTROPOLOGÍA BIOLÓGICA, A. C.

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BOLETÍN DE LA ASOCIACIÓN MEXICANA
DE ANTROPOLOGÍA BIOLÓGICA

Órgano de difusión de la AMAB
Agosto 2002

(Versión electrónica)


Créditos


ÍNDICE:
& Editorial
& Acerca del enfoque biocultural (artículo)
& La antropología física en Venezuela (artículo)
& La antropología física en Latinoamérica: experiencias compartidas (artículo)
& Los "otros" límites de la antropología física (artículo)
& Modificación de las ecuaciones de regresión para estimar estatura elaboradas por S. Genovés (artículo)
& Informe sobre el XI Coloquio Internacional de Antropología Física "Juan Comas" (reseña)
& Discurso inaugural del XI Coloquio Internacional de Antropología Física "Juan Comas"
& Tesis realizadas en el año 2001



EDITORIAL

Con este segundo número del Boletín, la Mesa directiva de la AMAB cierra la gestión que se inició en junio de 2000. Los que la integramos agradecemos la participación entusiasta de la comunidad bioantropológica mexicana, sin la cual las actividades que nos propusimos indudablemente no hubieran llegado a buen puerto.

En primer lugar, la actividad más fuerte de la asociación, el Coloquio "Juan Comas", que en su décimo primera edición se llevó a cabo en Orizaba, Veracruz (septiembre de 2001), consiguió, una vez más, reunir a un importante número de colegas tanto nacionales como extranjeros, cuyos selectos trabajos en su momento enriquecerán el volumen correspondiente de los Estudios de Antropología Biológica. No podemos dejar de recordar que ya han transcurrido 20 años desde la publicación del primer volumen. Enhorabuena.

En segundo lugar, la adopción de la tecnología computacional de moda, a través de la publicación de una página electrónica de la AMAB en al World Wide Web (http://amab.tripod.com.mx), causó una inesperada respuesta para nosotros por parte de los cibernautas de varias partes del orbe. En efecto, como puede constatarse en el mismo documento, 40 por ciento de las consultas --más de tres mil desde diciembre de 2000-- se hicieron desde conexiones remotas allende las fronteras mexicanas. Algunas de ellas motivaron el interés por la adquisición de las publicaciones promovidas por la asociación y la intención de incorporarse a la membresía activa de la AMAB. En fin, que a través de este medio se han difundido con cierta amplitud los temas que aborda nuestra disciplina y las actividades académicas cotidianas de la antropología física en México.

Y, finalmente, ante la desaparición física de dos de los miembros fundadores de la AMAB --Johanna Faulhaber Kamman y Rafael Ramos Galván-- se organizó un homenaje postmortem durante el coloquio de Orizaba.

Por otros lado, presentamos cinco textos de algunos de los miembros de nuestra comunidad. El primero de ellos (Acerca del enfoque biocultural, de L. Márquez y P. O. Hernández) concluye la reseña de un libro publicado en Estados Unidos. El segundo (La antropología física en Venezuela, de N. Chacín y P. Pizani), expone a grandes rasgos el estado actual de la especialidad en ese país sudamericano. El tercero (La antropología física en Latinoamérica: experiencias compartidas, de C. Serrano), en su primera entrega, versa sobre la práctica bioantropológica y su perfil actual en los diferentes países del área. El cuarto de los escritos (Los otros "límites" de la antropología física, de D. López) aborda las pertinentes inquietudes de un joven colega en relación con el mercado de trabajo del especialista. Finalmente, presentamos una nota técnica que aporta la modificación del método creado por S. Genovés para estimar la estatura en vida de un sujeto a partir de sus huesos largos.

Deseamos pleno éxito a la Mesa directiva entrante, para que continúe con la encomienda que recibimos, y que ahora nosotros dejamos en sus manos.






Artículo

ACERCA DEL ENFOQUE BIOCULTURAL*
(Segunda de dos partes)
Lourdes Márquez Morfín y Patricia Olga Hernández Espinoza

Escuela Nacional de Antropología e Historia, Instituto Nacional de Antropología e Historia




*Goodman, Alan H. y Thomas Leatherman (1998). Traversing the chasm between biology and culture: an introduction. En: A. H. Goodman y T. Leatherman (eds.), Building a new biocultural synthesis. The University of Michigan Press, Ann Arbor.




Nuestra biología como animales de sangre caliente nos hace alimentarnos mucho para poder mantener nuestra temperatura corporal. Nuestra biología como animales grandes significa que tenemos que comer un pequeño porcentaje de nuestro peso por día, y no 30 o 40 o más por ciento, que es lo que un colibrí requiere. Nuestra biología como primates utiliza la visión en lugar del olfato como nuestra modalidad sensorial dominante. Nuestra biología como mamíferos hace del tacto una parte importante de la conducta social y del desarrollo. Pero el mismo tacto puede ser sexualmente incitante, doloroso, cosquilloso o abusivo o tener otros significados, dependiendo de la circunstancia y de la historia. No se niega en ningún momento la influencia de la herencia biológica del tacto para mostrar que su importancia está socialmente determinada. Nuestra biología conecta la adrenalina con el estrés, pero el contenido subjetivo de ese estrés puede ser el miedo, la exaltación o una alegría explosiva. Tenemos que comer y comemos una amplia gama de tipos de alimentos, que se diversifica más por su proceso de preparación. Pero no somos simplemente omnívoros, también somos "productívoros"; consumimos el producto de nuestro propio trabajo.

Desde su punto de vista, el reclamo de que la sociedad es el modo de adaptación evolutiva de la especie humana es incorrecto. Primero, parece respaldar la dicotomía organismo-medio ambiente, en la cual el medio ambiente determina un problema y la especie se adapta a él. Esto claramente es sólo un elemento del círculo de retroalimentación: el medio ambiente que determina el problema ha sido ya seleccionado, transformado y definido por las especies que lo enfrentan. Mientras que las especies se adaptan a los medios ambientes también cambian al problema, más que meramente resolverlo. Segundo, esto supone un funcionalismo y un propósito absurdo que no está justificado por nuestro entendimiento de la sociedad.

Esta diferencia en el enfoque determina cómo se ven, desde el enfoque biocultural, los supuestos "fracasos": el fracaso de la agricultura mundial para alimentar a la gente; de los países industrializados para detener la contaminación; de los países en desarrollo para salvar sus bosques. El punto de vista funcionalista buscaría los errores en el flujo de información, retrasos en la respuesta y otros tipos familiares de fracasos de la ingeniería de sistemas. Lo que ellos no manejan es que la retroalimentación es el resultado del conflicto de intereses y que las metas ostensibles están siempre sujetas a las limitaciones ocultas por intereses de clase. Por lo tanto, la agricultura fracasó en aliviar el hambre no porque hubiera una ineptitud genérica, sino porque el alimento se produce, en su mayoría, como una respuesta mercantil para los mercados, más que para aliviar el hambre humana. El patrón de conocimiento e ignorancia en medicina no es debido a los problemas de "flujo de información", sino que refleja el hecho de que algunos tipos de conocimientos son más fácilmente modificados y, como mercancías, se colocan donde hay una "demanda efectiva". Cuando hablamos de biología humana, siendo una biología social, reconocemos varias interpretaciones de los biológico y lo social. Debemos comer, pero lo que comemos, con quién, en qué ocasiones, cuándo debemos abstenernos de alimentarnos, la cantidad y tipo de comida que nos produce satisfacción, son todas decisiones socializadas.

Segundo, lo biológico llega a transformarse completamente en lo social, perdiendo enteramente su significado original fisiológico. Cuando nosotros invitamos a un amigo a tomar un trago, no es para ajustar su balance electrolítico, ni una comida ritual debe confundirse con los eventos nutritivos con los cuales hemos crecido históricamente. El alimento que llevaron los israelitas (el "itacate" en México) durante su escape al desierto fue transformado en el rito anual conocido como Pascua Judía. Un acontecimiento particular como la Última Cena se vuelve un acontecimiento fundador de una religión mundial.

Tercero, las conexiones biológicas pueden ser creadas por la historia social. "...palos y piedras pueden romper mis huesos, pero las palabras no pueden herirme nunca...", a menos, por supuesto, que yo pertenezca a una sociedad que crea en la eficacia de hechizos y maldiciones, en cuyo caso yo puedo fácilmente consumirme y morir por unas palabras pronunciadas tiempo atrás.

Cuarto, una biología socializada crea una nueva unidad biológica, órganos efectivos que surgen sólo en un contexto socializado. Es suficiente saber, al examinar la anatomía de un chimpancé, que no puede volar ni lo puede hacer un ser humano al aletear con sus brazos. Pero los humanos pueden volar a consecuencia de una interacción social que ha diseñado y producido aeroplanos, aeropuertos, combustibles y formas de trabajo calificadas. Y estos son los productos de una integración de cerebro, ojos, oído, lengua, de pulgares oponibles y dedos delicados, además de miembros dentro de un órgano efectivo de invención y producción.

La antropología correctamente construida no es separable de lo físico y lo social. La antropología está en el nexo de lo biológico y lo social, una síntesis biocultural que se expande en un enorme rango de materiales comparativos históricos y dinámicos. Lo que este enfoque mantiene unido es el reto del sentido común de nuestra ciencia, por buscar la interpenetración más que una dicotomía rígida. La historicidad más que los universales estáticos; y se mantiene unida por un compromiso partidario que busca la objetividad.






Artículo

LA ANTROPOLOGÍA FÍSICA EN VENEZUELA
Nadir Chacín* y Paula Pizani**

* Estudiante de la Maestría de Antropología Física de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, México.
** Profesora de la Escuela de Antropología de la Universidad Central de Venezuela.



Me pidieron escribiera unas líneas acerca de la antropología física en mi país, y pensé que es una tarea titánica intentar resumir en pocas palabras lo que ha sido el quehacer venezolano en nuestra disciplina. Me propuse entonces hacer un pequeño esbozo de lo que sucede actualmente, con algunas notas históricas, en lugar de enfocarme en una larga retrospectiva de la antropología física venezolana, para lo que invité a escribir conmigo a una colega y actual profesora de nuestra Alma mater: la Universidad Central de Venezuela.

Hogar de una de las primeras escuelas especializadas en antropología de América Latina, la Universidad Central de Venezuela es hoy la única en el país que enseña Antropología a nivel de Licenciatura. Su Escuela de Antropología (EA) pertenece a la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales y se fundó en 1986, al separarse de la anteriormente llamada Escuela de Sociología y Antropología, creada en el año 1953 (Arechabaleta y Mancera 1973).

La EA está conformada por cinco departamentos: 1) Teoría y métodos, 2) Arqueología, etnohistoria y ecología cultural, 3) Etnología y antropología social, 4) Lingüística y antropolingüística y 5) Antropología física. El programa de estudios se inicia con los llamados Ciclo introductorio y Ciclo general, tronco común para todas las disciplinas que tiene una extensión de seis semestres, y finaliza con el Ciclo profesional, de cuatro semestres de duración, en los que el estudiante ingresa a una de las líneas curriculares ofrecidas por los departamentos mencionados, para lograr una especialización a través de asignaturas, seminarios y laboratorios dictados para cada disciplina. Este último ciclo se cierra con la elaboración y defensa pública de una investigación original, de carácter obligatorio, presentada como Tesis de grado (Plan de Estudios de la Escuela de Antropología 1986).

La estructuración de la EA en cinco departamentos obedece al perfil del antropólogo que se quiere formar en el país, la idea es que el egresado sea un profesional integral con cierto grado de especialización, nunca un intelectual genérico o "todólogo", pero tampoco un especialista aislado del contexto antropológico global que pueda convertirse en un reductor de la realidad. Es importante que posea una formación básica, una sólida preparación antropológica general, un conocimiento concreto sobre las diversas líneas de investigación antropológica que se han seguido en Venezuela, y una pre-especialización que le aporte un perfil definido a su orientación profesional. La antropología es reconocida, enseñada y ejercida como una ciencia social, que en su compromiso con la sociedad venezolana, prioriza los aportes aplicables que permitan un mejor entendimiento de las circunstancias históricas que han modelado y convertido a los venezolanos en lo que son en la actualidad, abordando las diferentes problemáticas nacionales desde una perspectiva bio-socio-cultural.

La EA tiene un responsabilidad importante en el área de la docencia, pero es también un eje motor para la investigación antropológica en el país. En el área de la antropología física en particular, maneja cinco líneas troncales de investigación: 1) genética de poblaciones humanas, 2) antropometría y kinantropometría, 3) auxología y evaluación nutricional, 4) osteología y antropología forense, y 5) ergonomía, la más reciente y todavía en proceso de consolidación.

Este panorama de docencia e investigación universitarias es reflejo sustancial de las circunstancias que dibujan el origen, desarrollo y situación actual de la antropología física en nuestro país. Sus comienzos estuvieron cargados de las influencias positivistas de las corrientes europeas y norteamericanas propias del siglo XIX, por lo que a pesar de ser rama de una ciencia social, sus primeros trabajos se enmarcaron dentro de un enfoque meramente biológico y deductivo. En sus inicios, la mayoría de las investigaciones se basaba en descripciones y análisis comparativos de los datos, componentes parciales de la realidad, sin una integración global de los diferentes factores que influyen y determinan la biología humana (Gumilla 1745, Marcano 1889, 1890).

Venezuela, al igual que México, tiene un fuerte componente de población indígena, por lo que una vasta porción de estas primeras investigaciones se encaminaron a estudiar la variabilidad somatotípica de las minorías étnicas. Bajo el mismo enfoque descriptivo, proliferaron trabajos en osteología, particularmente en craneometría, que trataban de explicar las diferencias o semejanzas entre poblaciones antiguas (Jahn 1932, Alvarado 1945, Requena 1947, Fleury Cuello 1953, Marcano 1889 y 1890). Asimismo, a mediados del siglo XX aparecen los primeros estudios serológicos, introduciendo en el país el vasto campo de la genética de poblaciones (Villalobos y Quijada 1954, Díaz Ungría 1963, 1965, 1968, 1969).

Ya en la segunda mitad del siglo XX, otras disciplinas científicas como la genética, la medicina, la biología evolutiva, la ecología, la demografía, la criminalística, la estadística y la informática se han acercado progresivamente a la antropología física enriqueciéndola, unas con herramientas metodológicas, y otras con aportes conceptuales y teóricos, ampliando el horizonte interpretativo y empírico de nuestra disciplina. Es evidencia de ello, como ilustramos más adelante, la diversidad de campos de investigación fértiles en la actualidad en nuestro país.

Las últimas décadas del siglo XX presenciaron un crecimiento importante del ejercicio de nuestra profesión en dirección al área forense. La realidad actual del país ha exigido nuestra pericia en tareas de identificación humana, labor que desde el año 1968 es llevada adelante en el Departamento de Antropología Forense, perteneciente a la Medicatura Legal de la Policía Técnica Judicial. Esta experiencia, sumada a las actividades conducidas por los departamentos de antropología física de instituciones como el Museo Arqueológico de Quíbor, el Museo de Ciencias de Maracay y el Museo de Ciencias Naturales de Caracas, ha situado a la osteología antropológica como una de las columnas fundamentales de la antropología física en Venezuela, exigiendo, cada vez con mayor insistencia, profesionales sólidamente formados en esta área del conocimiento.

Si bien la antropometría y sus diversas aplicaciones han tenido una posición de honor desde la década de los cuarenta en nuestro país, es cierto que en los últimos años se ha extendido su ejercicio a estudios de muy diversa naturaleza. Líneas de investigación más novedosas, como la antropología del deporte y la ergonomía, se añaden a otras más tradicionales como la somatotipología, la auxología y la evaluación nutricional, llevadas a cabo en centros como el Instituto Nacional del Deporte y el Instituto de Antropología Física Rodolfo Quintero de la UCV. Por otro lado, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas cuenta con un Departamento de Genética Humana que concentra las muy oportunas investigaciones, particularmente en el área de la genética de poblaciones, realizadas en nuestro país.

Esta continua expansión y renovación de nuestra disciplina en las últimas décadas no ha sido producto únicamente de los aportes provenientes de ciencias foráneas. La antropología física en nuestro país ha integrado, igualmente, los cambios de enfoque que se dieron cita dentro de la arqueología (postprocesual) y la antropología social, demostrando un interés creciente en la interpretación de los procesos y en la influencia de los factores sociales, políticos y económicos sobre los procesos evolutivos y la variabilidad humana.

Recientemente, producto de este intercambio interdisciplinario y quizás de la intención consciente por parte de algunos investigadores de adquirir conceptos, enfoques teóricos y herramientas estratégicas que permitan describir, analizar e interpretar el objeto de estudio de la antropología física (que finalmente sigue siendo el Hombre); se ha gestado una preocupación por crear nuestro propio basamento teórico. Este esfuerzo, que lastimosamente se encuentra en sus fases iniciales, busca desde una punto de vista crítico entender a partir de qué estamos generando el conocimiento en nuestra disciplina, desde dónde nos paramos para tratar de explicar la realidad y ejercer el quehacer científico.

Paradójicamente, atendiendo al movimiento y al despertar mundial, en el que muchas ciencias y disciplinas se han abocado a esta revisión epistemológica y a la ruptura de viejos paradigmas, la antropología física en Venezuela poco se ha movido hacia adelante en estos menesteres. Es notable el hecho de que no existan en el país estudios de cuarto nivel para la antropología física, ni para la mayoría de las disciplinas antropológicas, situación que retroalimenta, en cierta manera, esta especie de atavismo mental del que estamos tratando de salir los antropólogos físicos venezolanos. Por el bien de la disciplina esperamos que este despegue del cambio de enfoque teórico y metodológico, inicial pero importante, nos ofrezca a futuro ventajas más representativas que los costos acaecidos o por acaecer. Es cierto, como dice Thomas (1998), que la adaptación debe ser un concepto de esperanza.




BIBLIOGRAFÍA

Alvarado, L. (1945). Datos etnográficos de Venezuela. Escuela Técnica Industrial, Talleres de Artes Gráficas, 412, Caracas.

Arechabaleta, G. y A. Mancera (1973). Historia de la antropología física en Venezuela. Colección Cuadernos, Serie Antropología No. 1, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela, Caracas.

Díaz Ungría, A. G. (1963). El poblamiento indígena a través de la genética. Facultad de Economía, Universidad Central de Venezuela.

-------- (1890) Ethnographie precolombinne du Venézuéla. Regions des Raudals de l’Orinoque. C. Chadenat, 123, Paris.

-------- (1969) "El problema de los pigmeos en América". Anales de Antropología, 6: 41-78, México.

-------- (1965). Aspectos biológicos de la cuestión racial. Estudio de distintas tribus de Venezuela. Comisión Nacional de Cooperación con la UNESCO, año 1, no. 3, 24 pp.

-------- (1968). "Reunión de expertos sobre la raza y el prejuicio racial. Casa de la UNESCO (París, 18-26 de septiembre de 1967)". Sociología, 4: 52-83.

Fleury, Cuello (1953). "Indios Caribe San Joaquín. Notas para el estudio antropométrico de los indios de la Mesa de Guanipa en el Estado Anzoátegui (Venezuela)". 2º Boletín Indigenista Venezolano, 1 (1): 137-148.

Gumilla, J. (1745). El Orinoco ilustrado y defendido. Historia natural, civil y geográfica de este gran río y de sus caudalosas vertientes, gobierno, usos y costumbres de los indios. 519 pp., Madrid.

Jahn, A. (1932). Los cráneos deformados de los aborígenes de los valles de Aragua. Observaciones antropológicas. Boletín de la Sociedad de Ciencias Naturales. Caracas, 14.

Marcano, G. (1889). Ethnographie precolombinne du Venézuéla. Valles d’Aragua et Caracas. Tyo. A. Hennuyer 91.

Plan de estudios de la escuela de antropología (1986). Escuela de Antropología, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela.

Requena, A. (1947). Figuración de alfarería antropomorfa precolombina venezolana de aparatos de deformación craneana artificial e intencional. Acta Venezolana, 2, 1-4. 24/35.

Thomas, B. (1998). The evolution of human adaptability paradigms: toward a biology of poverty. En: Goodman y Leatherman (editores), Building a new biocultural synthesis. Political-economic perspectives on human biology, The University of Michigan Press.

Villalobos, T. y H. Quijada (1954). "Determinación de las aglutininas anti-A y anti-B en el suero sanguíneo de personas de los grupos del sistema ABO". Acta Médica Venezolana, 2: 1.




FUENTES COMPLEMENTARIAS

Boletín del Museo Arqueológico de Quíbor, Estado Lara, Venezuela.

Boletín del Museo de Ciencias Naturales, Caracas, Venezuela.

Estudios de Antropología Biológica. Universidad Nacional Autónoma de México.

Coloquios Internacionales de Antropología Física "Juan Comas", México (publicaciones de autores venezolanos).

Revista de la Sociedad Venezolana de Antropología Biológica, Caracas, Venezuela.






Artículo

LA ANTROPOLOGÍA FÍSICA EN LATINOAMÉRICA: EXPERIENCIAS COMPARTIDAS
(Primera de dos partes)
Carlos Serrano Sánchez

Instituto de Investigaciones Antropológicas
Universidad Nacional Autónoma de México




Introducción
En julio de 1997, la Asociación Latinoamericana de Antropología realizó en Quito, Ecuador, en el marco del 49 Congreso Internacional de Americanistas, una mesa redonda que examinó como tema principal el problema de la organización del campo antropológico en América Latina. Esta preocupación se ha manifestado recurrentemente en los últimos lustros, lo cual ha exigido una reflexión sobre el camino recorrido en la práctica antropológica y su perfil actual en los diferentes países latinoamericanos y en su expresión en la región como un todo.

En esa ocasión expusimos algunas consideraciones sobre el campo específico de la antropología física (texto que aquí se presenta con algunos datos actualizados). Hacemos referencia al proceso más que centenario del desarrollo de la antropología física en los países de Latinoamérica, así como a la organización lograda en este campo disciplinario y a la necesidad de revisar el tema de la formación profesional.

Los enfoques de la antropología física
Los términos antropología física, antropología biológica o bioantropología que se utilizan cotidianamente como sinónimos, evocan en primera instancia la raíz biológica de la disciplina. Por ello no está por demás señalar que la antropología física va mas allá de la sola biología, ya que, no obstante su amplia utilización de técnicas y metodologías que ha incorporado desde las ciencia naturales, con toda la sofisticación que éstas han alcanzado, la explicación de los fenómenos de la biología de las poblaciones humanas pasa necesariamente por la consideración de los factores sociales y culturales que inciden en su manifestación.

La ecuación herencia-ambiente está finalmente en la base de los planteamientos bioantropológicos, con lo cual se establece su indispensable vinculación con las otras ramas de la antropología.

Este planteamiento, sin embargo, no ha sido siempre asumido a través del desarrollo de la antropología física en nuestros países; lo mismo sucede, por demás, en un más amplio ámbito internacional.

Hasta la actualidad se pueden distinguir en la antropología física dos diferentes aproximaciones metodológicas y estructuras conceptuales: una que enfatiza la integración de la antropología física en las ciencias sociales, la que aquí adoptó y que cultivan de manera particular quienes se han formado profesionalmente como antropólogos, y otra que la vincula fundamentalmente con las ciencias naturales, visión que predomina en los investigadores que provienen precisamente de las ciencias de la vida.

De hecho, la comunidad de bioantropólogos en nuestros países está conformada con ambos tipos de adherentes, lo cual no ha impedido el planteamiento de metas comunes y logros notables que ya pueden apreciarse en los países de la región.

Avatares en la construcción de la antropología física latinoamericana
Podemos preguntarnos ¿cuál es la experiencia en el quehacer bioantropológico en Latinoamérica, cuáles sus elementos comunes y sus diferencias locales? Es un hecho que a través de la región compartimos experiencias similares que podemos examinar en el amplio marco internacional de la historia de las disciplina. La referencia necesaria es el desarrollo de la antropología metropolitana, que ha condicionado pautas y tendencias que se expresan en nuestros países dentro de su particular contexto histórico, pero que en su conjunto siguen caminos muy semejantes.

Así, en una etapa formativa que abarca la segunda mitad del siglo XIX, apenas estructurado formalmente la antropología física europea, y extendiéndose este periodo entre nosotros hasta la segunda década del siglo XX, se experimenta una importante influencia francesa. No en balde, figuras nacionales notable tuvieron una relación directa con la escuela de Paul Broca: Batrés, en México, Montané, en Cuba, Marcano, en Venezuela o Lacerda en Brasil.

La Sociedad de Antropología de París redacta en 1863 el instructivo para la investigación antropológica en México; prepara documentos semejantes para el Perú, Chile y Brasil. Numerosos investigadores europeos trabajan en nuestra región en el ámbito de la americanística, iniciada en Francia con el Congreso de Americanistas de Nancy, 1875; algunos estudiosos se radican definitivamente en nuestro suelo dándose a la tarea de abordar al amparo de los museos los temas en boga, como el hombre prehistórico en el Nuevo Mundo, la somatología de los grupos indígenas y los resultados de la mezcla racial.

Es la época de la recepción del darwinismo, que es tema de debate y se incorpora como referente teórico de los estudios bioantropológicos, no obstante el énfasis descriptivo y clasificatorio característico de los estudios de este periodo.

En el segundo tercio del siglo, 1930-1960 aproximadamente, en la mayoría de los países de la región se establece la institucionalización de la antropología, incluyendo la antropología física. Se crean organismos de investigación antropológica, lo cual representa un avance indudable para la profesionalización de la disciplina.

Tanto como en la etapa previa, los caminos de las antropologías latinoamericanas son más que confluentes, paralelos; las convergencias son escasas y se dan a nivel personal, a través de espacios que proporciona el primer mundo, con sus grandes instituciones y congresos antropológicos.

Podemos considerar que hacia los años sesenta del siglo XX se logra la consolidación de nuestra disciplina. Aún cuando no de manera generalizada en los países del área, apreciamos ya una fase de fortalecimiento y de diversificación de los trabajos en la esfera de la antropología física.

Es entonces cuando se difunde el conocimiento y la aceptación de la nueva síntesis darwiniana, que desde los años cuarenta comenzó a influir notablemente para modificar los planteamientos tipológicos y raciológicos de la antropología física clásica, incrementándose al mismo tiempo el enfoque de la nueva antropología física: se asume la nueva formulación evolucionista y se propugna una concepción biosocial en el abordaje de los temas de estudio, incorporando las más novedosas técnicas provenientes de la física, la biomedicina y la informática, entre otras.

Se logran en este periodo avances considerables, con ejemplos notables de investigaciones de alto nivel, de acuerdo a los estándares más rigurosos, en diferentes temas de estudio. Sólo como ejemplo, sin desdoro de otros grandes temas cultivados en cada país, se puede citar la notable experiencia en Brasil, en antropología genética; en Argentina, en antropología forense; en Cuba, en antropología aplicada al trabajo y al deporte; en México y Venezuela, en los estudios de crecimiento infantil; incluso en los temas clásicos de la osteología se adoptan y desarrollan nuevos enfoques teóricos y metodológicos. Estas experiencias constituyen un potencial que debiera aprovecharse en programas formalizados de intercambio científico y formación de recursos humanos a nivel latinoamericano.

Se logran en este periodo avances considerables, con ejemplos notables de investigaciones de alto nivel, de acuerdo a los estándares más rigurosos, en diferentes temas de estudio. Sólo como ejemplo, sin desdoro de otros grandes temas cultivados en cada país, se puede citar la notable experiencia en Brasil, en antropología genética; en Argentina, en antropología forense; en Cuba, en antropología aplicada al trabajo y al deporte; en México y Venezuela, en los estudios de crecimiento infantil; incluso en los temas clásicos de la osteología se adoptan y desarrollan nuevos enfoques teóricos y metodológicos. Estas experiencias constituyen un potencial que debiera aprovecharse en programas formalizados de intercambio científico y formación de recursos humanos en Latinoamérica.






Artículo

LOS "OTROS" LÍMITES DE LA ANTROPOLOGIA FÍSICA
David López Romero

Escuela Nacional de Antropología e Historia, México




De antemano pido una disculpa a los lectores acostumbrados a otro tipo de artículos al aquí expuesto, sin embargo, comprenderán que las inquietudes de los que formamos parte de la antropología física no siempre son de corte científico.

Cuando estudiantes, generalmente tenemos una perspectiva diferente a la realidad cuando hemos cumplido con 100% de los créditos de la carrera: cumplir con una línea de investigación o por lo menos, tener un empleo relacionado con lo estudiado.

Es difícil imaginar estudiar una licenciatura que sin tener una saturación académica como sería derecho o medicina entre otras, tiene un mercado de trabajo agotado o cerrado por así decirlo.

La antropología física, como las demás disciplinas antropológicas procura grandes problemas a los egresados de ellas no sólo en la ENAH sino en todos los centros académicos en donde se imparten.

Desde 1946 cuando como primer titulado en antropología física Eusebio Dávalos Hurtado y, hasta el final de la década de los ochenta, la perspectiva de los egresados y/o titulados era otra. Si bien es cierto que la demanda de trabajo era limitada también es cierto que la cantidad de egresados era mínima a comparación de las últimas generaciones donde no es raro encontrar a mas de cincuenta estudiantes convertidos en pasantes y desempleados a la vez. Los egresados tendrán otra dificultad, la elaboración de un trabajo de titulación, muchos tendrán problemas económicos, metodológicos, de tiempo, incluso de motivación, los menos librarán los obstáculos, los más se perderán en manos de una sociedad exigente y solícita.

Aquellos que se mantengan en la línea antropológica seguramente contarán con la inquietud y ánimo suficientes para integrarse a la población activa pero que se toparán otras trabas. Si se tiene suerte tendrán una oportunidad en algún proyecto de investigación o con un puesto de carácter administrativo. Las circunstancias donde todos y cada uno de los egresados de antropología física tendrán que librar es motivo de buscar otras alternativas de desarrollo profesional, tener que esperar para ocupar una plaza en algún centro de investigación o en alguna dependencia gubernamental tiene matiz de estado criogénico. Las oportunidades habrán que buscarse en la iniciativa privada, un sector económico poderoso y fuerte que aún no está preparado para recibir a los antropólogos físicos. Es, tal vez, el desconocimiento de la función y de los alcances que la antropología física ofrece, la principal limitación para no contratar a éstos profesionales.

Es un deber de los afectados, --incluido yo--, el dar a conocer nuestro trabajo y la trascendencia que éste puede tener en áreas como la salud ocupacional, la nutrición, etc.

Es hora de formar grupos, sociedades y asociaciones como la AMAB donde se busque vincular a los egresados con un mercado de trabajo solvente y estable, capaz de ofrecer oportunidades para que los nuevos antropólogos físicos formen parte de una verdadera realidad profesional en México.






Artículo

MODIFICACIÓN DE LAS ECUACIONES DE REGRESIÓN PARA ESTIMAR ESTATURA ELABORADAS POR S. GENOVÉS
Andrés del Ángel E. y Héctor B. Cisneros R.

Instituto de Investigaciones Antropológicas,
Universidad Nacional Autónoma de México




En 1990 comenzamos a trabajar con los problemas planteados por la aplicación de ciertos modelos estadísticos lineales en la estimación de la estatura de los sujetos bajo estudio. Eventualmente abordamos el análisis del ampliamente conocido procedimiento que Genovés (1964, 1966, 1967) creó para las población amerindia y mestiza de México, y nos encontramos con la inconsistencia que ya el propio autor había apuntado: que los resultados diferían dependiendo de si se empleaba alguna de las ecuaciones propuestas, por un lado, o las tablas, por el otro.

En primera instancia, procuramos revisar los datos originales generados en la década de los sesenta. Sin embargo, esto no fue posible; además de que, por desgracia, la colección esquelética que se encontraba en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México fue desintegrada tiempo después de su estudio.

Ante esta situación decidimos tomar nota de la recomendación del profesor Genovés: emplear únicamente las tablas publicadas en los trabajos referidos. Con base en ellas calculamos nuevamente los coeficientes de las ecuaciones de regresión y encontramos que la diferencia para fémur y tibia se encontraba en la ordenada al origen. Para el resto de los huesos largos (fíbula, húmero, ulna y radio) no había disponibles las respectivas ecuaciones, por lo que ahora se presentan en la tabla anexa junto con las modificaciones para fémur y tibia en los dos sexos.

Al igual que con el procedimiento original, basta con sustituir la medida en centímetros del hueso indicado en la fórmula y el resultado será la estimación buscada.

Sexo masculino

Estatura = 63.89 + 2.262 (fémur)

Estatura = 91.26 + 1.958 (tibia)

Estatura = 94.04 + 1.919 (fíbula)

Estatura = 83.52 + 2.505 (húmero)

Estatura = 94.80 + 2.615 (ulna)

Estatura = 98.22 + 2.668 (radio)

Sexo femenino

Estatura = 47.25 + 2.588 (fémur)

Estatura = 61.29 + 2.720 (tibia)

Estatura = 54.55 + 2.988 (fíbula)

Estatura = 32.35 + 4.160 (húmero)

Estatura = 58.72 + 3.991 (ulna)

Estatura = 66.88 + 3.926 (radio)

Nota: medidas en centímetros.




REFERENCIAS

Genovés Tarazaga, Santiago (1964). Introducción al estudio de la proporción entre huesos largos y la reconstrucción de la estatura en restos mesoamericanos. Anales de Antropología, 1: 47-62, Universidad Nacional Autónoma de México.

---- (1966). La proporcionalidad entre los huesos largos y su relación con la estatura en restos mesoamericanos. Instituto de Investigaciones Históricas, 47 pp, México.

---- (1967). Proportionality of the long bones and their relation to stature in Mesoamericans. American Journal of Physical Anthropology, 26: 67-78.






Reseña

INFORME SOBRE EL XI COLOQUIO INTERNACIONAL
DE ANTROPOLOGÍA FÍSICA "JUAN COMAS"




Durante la semana del 23 al 28 de septiembre de 2001 se llevó a cabo el XI Coloquio Internacional de Antropología Física "Juan Comas", en la ciudad de Orizaba, Veracruz, organizado por nuestra asociación y apoyado por la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Formaron parte del comité organizador Sergio López Alonso, Carlos Serrano Sánchez, Eyra Cárdenas Barahona, Francisco Ortiz Pedraza, Martha Rebeca Herrera Bautista y Marco Antonio Cardoso Gómez. En esta reunión académica se presentaron aproximadamente 150 ponencias en 16 mesas y diez simposios, cinco ponencias magistrales, además de 15 carteles, en los cuales se abordaron los diversos temas de la antropología biológica: antropología molecular y genética, crecimiento y desarrollo, osteología y antropología forense, primatología, nutrición y demografía, entre otros. Asimismo, en estas actividades participaron colegas extranjeros provenientes de Alemania, Argentina, Cuba, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Perú y Venezuela.

Se presentaron las siguientes conferencias magistrales:

  • Proyecto genoma humano. Implicaciones éticas y sociales, dictada por Fabio Salamanca.
  • La experiencia de la antropología forense en Colombia, dictada por José Vicente Rodríguez.
  • El envejecimiento reproductivo: perspectivas biológicas y culturales, dictada por Lynnette Leidy.
  • Poblamiento temprano de América y diversificación evolutiva, dictada por Héctor Pucciarelli.
  • Lo humano para un gran ilustrado: Buffon, dictada por Jorge Martínez Contreras.

Además se realizaron un homenaje conjunto a los maestros Johanna Faulhaber Kamman y Rafael Ramos Galván, miembros fundadores de la AMAB, fallecidos recientemente.






DISCURSO INAUGURAL DEL XI COLOQUIO INTERNACIONAL
DE ANTROPOLOGÍA FÍSICA "JUAN COMAS"




Sergio López Alonso
Presidente de la AMAB

Honorable Presidium.
Respetable público.
Estimados colegas.

En estos días de infaustos acontecimientos, cuando el mundo constata una vez más la presencia del fantasma de la destrucción viviendo en el interior mismo de nuestra aldea global, un grupo de antropólogos nos hemos dado cita en esta hermosa ciudad de la provincia mexicana, para examinar distintos temas de interés académico que nos unen.

Ahora, como en el ambiente bélico de mediados del siglo XX que conmovió el mundo entero, los estudiosos de la ciencia del hombre clamamos y reclamamos la búsqueda y el empeño por encontrar el camino que nos conduzca a la convivencia con nuestros semejantes. El estereotipo del salvaje como sinónimo de primitivismo no es sino la manera equivocada que se ha utilizado para establecer diferencias. Forma desafortunada que sublima lo humano y acaso lo aleja de los mortales. Lo humano para nosotros es la capacidad de encontrar en el "otro" nuestras propias cualidades y defectos, es el espejo desde donde podemos y debemos reconocernos. Superiores e inferiores, mejores y peores han sido, entre otras formas maniqueas, utilizadas para fines abyectos. Ahora, más que nunca, debemos repensar la manera de reconfigurar y reestructurar nuestra aldea global, en tanto unidad diversa y compleja, y asumirla como tal si deseamos sobrevivir.

La agresividad y la violencia parecen acompañar a nuestra especie desde sus propios orígenes y son temas clásicos de estudio de la antropología física. La discusión acerca de la naturaleza de estos rasgos no parece haber concluido, por más que los antropólogos sostengamos opinión encontrada con otros especialistas. El proyecto genoma humano tiene la palabra, aunque quizá no sea la última. Nuestro Coloquio abre justo sus sesiones con la conferencia magistral sobre el "Proyecto Genoma Humano. Consideraciones éticas y sociales", marco general que habrá de permear, sin duda, el desarrollo de las diversas sesiones de la reunión.

Habrá también una conferencia magistral, así como una mesa de trabajo sobre antropología forense, ahí se dará cuenta de los resultados de investigaciones y experiencias acerca de la recuperación e identificación de restos de víctimas de accidentes fatales y de actos violentos.

Por su parte, un tema clásico de la antropología vuelve a cobrar vigor entre los antropólogos físicos, arqueólogos y genetistas. Se trata del proceso de poblamiento antiguo de América. Por su ubicación y características geográficas y ecológicas, el territorio mexicano, jugó un papel de primer orden en este proceso, por lo que la Comisión Organizadora del coloquio, consciente de la importancia del tema, invitó a uno de los expertos contemporáneos sobre la cuestión para que expusiera sus puntos de vista e intercambiara opiniones con los demás estudiosos del tema aquí presentes.

La reproducción humana, en tanto proceso biológico y social responsable de la perpetuación de la especie, se teoriza y transforma en problema de investigación antropológica. Tal es el sentido de la conferencia magistral sobre el tema, al tiempo que se discuten en mesas de trabajo las características de este proceso en las poblaciones humanas actuales y del pasado.

A propósito de "lo humano" y del proceso de su devenir histórico, nos ha parecido de fundamental importancia invitar a un especialista sobre el tema para impartir la última conferencia magistral y coronar de esta forma las actividades del coloquio.

Por fortuna, cada uno de nuestros eventos bianuales se distingue de los precedentes. No sólo porque los organizadores son diferentes cada vez sino porque la propia dinámica de la investigación científica y de sus actores hace la diferencia. Dos años de trabajos de investigación, espacio temporal entre uno y otro coloquio, significan avances, nuevas experiencias y conocimientos. Los investigadores jóvenes van madurando al tiempo que se plantean nuevos retos y exploran espacios académicos apenas previsibles. Difieren también los coloquios unos de otros en función de la región donde se realizan.

Esta vez, las vertientes de la antropología física más cultivadas en México ofrecen resultados de sus actividades de investigación. Se patentiza el grado de consolidación que muestran los estudios sobre poblaciones humanas antiguas, donde en trabajos conjuntos antropólogos físicos y arqueólogos exploran aspectos biológicos y culturales de nuestros ancestros prehispánicos; en esta ocasión cobran especial énfasis los estudios acerca de los grupos humanos que poblaron la región central de Veracruz.

Como en otras ocasiones, resulta igualmente afortunada la concurrencia de disciplinas afines a la antropología física: antropología social, etnología, arqueología, psicología, biología, historia y las ciencias biomédicas nos acompañan para intercambiar experiencias y analizar problemas de interés común. En este renglón destacan los estudios sobre crecimiento infantil, nutrición y salud. Esta concurrencia interdisciplinaria muestra la voluntad de colaboración mutua y ofrece halagüeño porvenir a nuestra disciplina.

Mención especial merece la presencia de colegas extranjeros, quienes con su participación enriquecen las discusiones al aportar otras visiones de los problemas de investigación que nos ocupan, y también porque nos hacen partícipes de sus propias inquietudes académicas. En este contexto cabe reconocer el esfuerzo que todos ellos han realizado para estar con nosotros en esta ocasión, habida cuenta de la situación crítica por la que atraviesan nuestros países.

Queda claro que los esperaremos a todos con gusto el próximo año en la celebración de la reunión de la Asociación Latinoamericana de Antropología Biológica.

Tal como hemos mencionado lo que nos agrada y lo que nos preocupa, habrá que mencionar también lo que nos entristece. En el ínterin del X al XI coloquios, lapso de dos años, la AMAB perdió a tres de sus miembros destacados: el doctor Rafael Ramos Galván, la doctora Johanna Faulhaber Kamman y la doctora Guadalupe Carrasco. Descansen en paz.

La AMAB y la Comisión Organizadora del XI Coloquio Internacional de Antropología Física "Juan Comas", por mi conducto desea todo género de éxito a los participantes del evento y envía un saludo fraterno y afectuoso a los estudiantes extranjeros que nos acompañan, así como a los de las universidades de la región, a los que vienen de la ciudad de México y, en particular, a un numeroso grupo de la Universidad Autónoma de Zacatecas, que ha sido una de las sorpresas de esta edición del coloquio Comas.

Finalmente, deseo expresar nuestro más sincero agradecimiento a quienes de una o de otra forma colaboraron en la organización de este congreso: a las autoridades municipales de Orizaba, a la Universidad Veracruzana campus Córdoba-Orizaba y, por supuesto, al Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM; a la Dirección de Antropología Física y la Escuela Nacional de Antropología e Historia del Instituto Nacional de Antropología e Historia, por el decidido apoyo brindado, particularmente por las facilidades otorgadas a los investigadores participantes. A todos muchas gracias y cuenten con la certeza de que habrá buenos frutos de esta reunión.

Ciudad de Orizaba, Veracruz, México, 24 de septiembre de 2001






TESIS REALIZADAS EN EL AÑO 2001
(La información entre corchetes se refiere a la fecha de presentación y al director de la tesis).




ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

LICENCIATURA EN ANTROPOLOGÍA FÍSICA

Bernal Felipe, Natalia. Condiciones de vida y salud en una población rural: el caso de Santa María Texcalac, Tlaxcala siglos XVII y XVIII; 137 p. [7/2001, María Teresa Jaén Esquivel].

Escorcia Hernández, Lilia y Valencia Caballero, Lorena. El uso de la tomografía computarizada para obtener datos sobre el grosor del tejido blando facial y su aplicación en la reconstrucción facial escultórica; 146 p. [1/2001, Edwin Crespo Torres].

García Maya, Liliana Ivette. Reconstruyendo el pasado: la actividad ocupacional como indicador de organización social en una muestra poblacional de Santa María Texcalac, Tlaxcala (siglo XVIII); 165 p. [2/2001, Patricia Hernández Espinosa].

González Martínez, María del Mar. Consideraciones en torno a la identidad corporal en la antropología física; 125 p. [3/2001, José Luis Vera Cortés].

González Zetina, Graciela. Fecundidad y lactancia dentro de las prácticas reproductivas de una población purépecha del estado de Michoacán; 189 p. [2/2001, Aída Castilleja González].

Goycochea Robles, Norma Eva. Nivel de satisfacción de la atención a la salud de los trabajadores de la educación: estudio de caso; 247 p. [2/2001, Eyra Cárdenas Barahona].

Meza Manzanilla, Margarita. Condiciones de salud y nutrición de los pobladores de Tetetzontililco en el siglo XVI; 128 p. [7/2001, Lourdes Márquez Morfín].

Romero León, Enriqueta Guadalupe. Imágenes de la mente y la disciplina de los cuerpos; 131 p. [8/2001, Eyra Cárdenas Barahona].

Sittón Moreno, Mair Augusto. La vida prehispánica en el ocaso de El Tajín: un estudio de salud, nutrición, estrés y enfermedad; 212 p. [6/2001, Carlos Serrano Sánchez].

Susano Gómez, Eusebio Darío. Los restos óseos procedentes del hospital San Juan de Dios. Los diferentes factores ambientales, bioculturales que influyeron en sus condiciones de vida; 135 p. [2/2001, Patricia Hernández Espinosa].



LICENCIATURA EN ANTROPOLOGIA SOCIAL

Del Olmo Ruiz, Marcela. Antropología del deporte. El problema de la natación en México; 126 p. [12/2001, Eyra Cárdenas Barahona].



LICENCIATURA EN ARQUEOLOGÍA

Jácome Hernández, Carlos Alberto. Arqueología forense; 142 p. [1/2001, Edwin Crespo Torres].



MAESTRÍA EN ANTROPOLOGÍA FÍSICA

Murillo Rodríguez, Silvia. La vida a través de la muerte: estudio biocultural de las costumbres funerarias en el Temazcaltepec prehispánico; 225 p. [2/2001, Lourdes Márquez Morfín].



DOCTORADO EN ANTROPOLOGÍA

Fagetti Spedicato, Antonella. Mujeres anómalas: los constreñimientos del cuerpo femenino. Cuerpo, sexualidad y ciclo vital de las mujeres en un pueblo campesino; 440 p. [6/2001, Marinella Miano Borruso].

González Quintero, Lauro. El medio ambiente y el hombre durante el pleistoceno superior en la cuenca de México; 249 p. [11/2001, Sergio López Alonso].






UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

MAESTRÍA EN ANTROPOLOGÍA

Polakoff Lipman, Karen, Del trago a la tragedia: las consecuencias del consumo de alcohol en San Juan Chamula, Chiapas, 172 p. [03/2001, Luis Alberto Vargas Guadarrama].

Mejía Sánchez, María Mercedes Rosalva, Crecimiento secular y dimorfismo en un grupo de preescolares de la ciudad de México, 236 p. [03/2001, Julieta Aréchiga Viramontes].

Yepez Vásquez, Zoila Rosaura, El modelado cefálico intencional en los pobladores prehispánicos del barrio teotihuacano de La Ventilla: exploración 1992-1994, 205 p. [03/2001, Carlos Serrano Sánchez].

Terrazas Mata, Alejandro, Teoría de coevolución humana. Una posición teórica en antropología física, 179 p. [06/2001, Carlos Serrano Sánchez].



DOCTORADO EN ANTROPOLOGÍA

Villanueva Sagrado, María. Un método para evaluar fenotipos faciales en una muestra de población mexicana adulta, 137 p. [05/2001, Carlos Serrano Sánchez].

Lagarde Lozano, Beatriz Margarita Regina, El primer encuentro de la mujer con su hijo(a), 446 p. [08/2001, Luis Alberto Vargas Guadarrama].






Comisión editorial del Boletín de la AMAB
Sergio López Alonso y Andrés del Ángel E.


El Boletín de la AMAB, órgano de difusión de la Asociación Mexicana de Antropología Biológica, A. C. El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores.

Contribuciones: la comisión editorial del Boletín de la AMAB solicita contribuciones breves (máximo 3 cuartillas a doble espacio), acerca de los siguientes temas: reflexiones o análisis acerca de la situación actual de alguna temática de la antropología física en el mundo o en México, resúmenes de resultados de investigación, opiniones razonadas acerca de la disciplina, experiencias de trabajos de campo o de laboratorio, efemérides, anécdotas históricas, reflexiones o notas sobre eventos históricos de la disciplina, reseñas de eventos académicos relacionados con la disciplina, así como de libros o artículos de interés para la antropología física, todo tipo de noticias relacionadas con actividades de los antropólogos físicos. Favor de dirigirse o entregar las contribuciones a cualesquiera de los miembros de la Comisión editorial del Boletín de la AMAB, o enviarlas a las siguientes direcciones electrónicas:

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